miércoles, 17 de marzo de 2010

Germán (H)

Bueno, en el capítulo anterior, nuestros protagonistas caminaban por la calle sin saber que hacer, con sus mochilitas e instrumentos a cuestas. Se nos ocurre una excelente idea: ir a visitar a la gente del espacio cultural H y ver si nos permitian quedarnos ahi, aunque sea una noche. No sólo accedieron gustosos, sino que previa charla con Germán, uno de los fundadores del espacio, accedieron a dejarnos parar alli hasta Mayo, fecha en la cual terminaremos de preparar el barco y marcharemos, rumbo a Brasil.

Asi que el equipo nómade comienza otra etapa. Estamos viviendo en comunidad con la gente de H, participando en las movidas culturales que realizan y aportando para mantener vivo el lugar. Seguimos tocando en la calle, y preparándonos musicalmente para tocar en grupo, mientras continuamos los preparativos para el barco.

Germán, excelente artesano, viajero como nosotros, quedó muy impactado con el proyecto. Tanto, que nos solicitó formalmente pasar a integrar nuestras filas, brindandose con todo lo que tiene al proyecto. Casualmente, veniamos hablando de abrir el juego a otra gente interesada en viajar, y que cumpliera con ciertas condiciones. Asi que luego de pensarlo bien, aceptamos su propuesta.

El equipo Nómade V ahora es de 4! En breve estaremos haciendo cambios en el blog, y subiremos información de Germán, del espacio H y otras cosas locas que tenemos en la cabeza. Sigan con está joya del séptimo arte, que el guionista todavia tiene para rato!

Una joyita del séptimo arte

Pasa en las películas, pasa en la vida. Eso decía un viejo slogan de un canal de cable. Tanta sabiduría en tan pocas palabras. Vivir una vida de película suena bien en principio. Pero hay que tener en cuenta que no es lo mismo vivir en una película pochoclera hollywoodense a ser personajes dignos de un film de Alex de la Iglesia, o Woody Allen. ¿Cuántas veces nos sentimos protagonistas de un film de culto, con un guonista exéntrico, medio loco y con cierta dosis de sadismo manejeando la trama de nuestra vida? Ah, no les pasa? A nosotros si. Tal vez demasiado seguido. ¿Quieren ver un ejemplo? Pongansé cómodos, que comienza la función!

Pantalla en negro, comienza a sonar Caminos Cruzados, un swing de Oscar Aleman, pero una versión muy acelerada y con arreglos circences. El negro se aclara  suavemente y deja ver el Tenaz. Es un viernes a las 10 de la mañana. Nuestros jóvenes protagonistas se encuentran alli en Montevideo, ante un mail de la tana Claudia, el cual leen con atención. Ella informa que va a llevarse el Tenaz para Rocha para utilizarlo en Karumbé, ONG que realiza tareas de salvataje e investigación con tortugas marinas, el 14 de marzo. Esto implica dos cosas: hay que acelerar algunos arreglos previstos al vehiculo, y otra, tenemos que buscar un lugar para quedarnos. Otro pequeño cambio de planes para nuestro trio de navegantes! Manos a la obra pues! Llevamos el tenaz hasta la casa de un amigo herrero, estacionamos enfrente, le dimos algunas indicaciones, y comenzó a trabajar con los arraigos de la cámara séptica, que va debajo del vehicúlo. Estaban algo vencidos y no es buena idea que andando se caiga un tanque lleno de caca, viste. Jero y Javier fueron a tocar para hacer el dinero nuestro de cada dia, y yo fui a Santiago Vasquez, a buscar información de algún bote a la venta, para poder acceder cómodamente al barco y hacer base alli una vez ido el Tenaz.

Parto a tomarme el colectivo, suena The flight of the bumblebee, de Wynton Marsalis. Una hora de viaje, pasan árboles, casas, campo, caballos, vacas, un poste, pintadas políticas, huevos en oferta (uh, pero qué barato!), y más cosas por las ventanitas del bus. Llego y recorro, hablo, pregunto, hago todas las averiguaciones pertinentes, y me vuelvo satisfecho luego de 3 horas de gestión. Otra hora de viaje, solcito, algo de viento, finalmente me bajo y camino tranquilo de la parada al Tenaz.

Voy por Tristán Narvaja y doblo por Paysandú. Veo ya el Tenaz a escasos 20 metros. Música de suspenso. Cuatro policias, dos personas con uniforme y varias señoras de avanzada edad están cerca del vehículo. Mmm. ¿Que habrá pasado? Sigo caminando. Uh. Están muy cerca del Tenaz. Uh. Están justo enfrente. Estem...Al parecer estaba cerrado y no habia nadie adentro, por lo que junto coraje, saco la llave y pienso "Y bue, que sea lo que dios quiera". Apenas mi mano roza el picaporte oigo la voz de un uniformado a mis espaldas :"Buenas tardes, ¿es usted el dueño del vehículo?". El guionista lanza una risita sardónica,  se hecha para atrás, y le da otro sorbo a su jugo de tomate. Luego de negarlo, y afirmar que estoy parando ahi, que el Tenaz es de una amiga, el uniformado me pregunta: "¿Se imagina por qué estamos acá?". Mmm. Mirá que hemos hecho cosas raras, pero para que intervenga la policia, creo que no. O sea, vender un pancito relleno, salir en la tele, tocar en la calle, bueno, no sé, no es para tanto. Le digo: "La verdad, ni idea". Me increpa: "¿No siente un olor particular?". Uh. Hago una respiración profunda y ...pucha. Uh. Pero que feo olor! Ahi, me doy vuelta, y contemplo el horror (música intensa con muchos violines): la cámara asceptica del Tenaz al raz del piso (suelta del vehículo) y un rio de caca que serpenteaba cuesta abajo por la calle. Bueno. Relax. No hay por qué angustiarse. Un poco de cianuro o un buen tiro en la sien y listo. El oficial a cargo me explica que los vecinos hicieron llamadas por el olor, y la policia intentó ubicar al herrero, o al propietario del vehiculo, pero como habia pasado mucho tiempo, y no apareció nadie actuó la Intendencia de Montevideo. Se iban a llevar el Tenaz en menos de media hora, y solo la dueña del vehiculo podría sacarlo luego de pagar una cuantiosa multa por arrojar materia fecal en la via pública. Claudia estaba en Rocha y llegaría aqui recién el lunes. Ya no se podía parar la máquina. La grua pesada estaba por llegar, y no hubo forma de convencerlos de que no era solo un vehiculo, que viviamos y teniamos todas nuestras cosas ahi. De muy mala manera, un inspector de la intendencia aclaró que donde quedarnos era nuestro problema, que se lo iban a llevar y punto, y que no tendríamos acceso al vehiculo.



Llamo a los muchachos, que estaban tocando cerca, para que vengan lo antes posible. El policia a cargo era amable y me dijo que vaya preparando algunas cosas para sacarlas del Tenaz. Todavía sin saber que habia pasado con el herrero, le pregunto al cuidacoches de la cuadra: "Se fue a la mierda. Estaba ahi abajo y salio corriendo. Me dijo´uh, me mande una cagada´, agarró la moto y se fue". Bárbaro. Los muchachos llegan, los pongo al tanto, intentan nuevamente convencerlos, pero no. El Tenaz se iba. El policia nos dice que comprende nuestra situación, pero que al estar ya metida la intendencia, no hay nada que hacer. El oficial dijo risueño: "La verdad, que es una situación de mierda". Miro la caca chorreada por la calle y no puedo hacer otra cosa que reirme. Sacamos las mochilas, algo de ropa, los instrumentos y el mate. Llega la grua, nos dan las boletas y multas, y adios al Tenaz.


Pusimos las mochilas y cosas contra una pared y miramos al cielo buscando una explicación. Me armé un cigarrillo y me puse a pensar, recostado contra la reja de una ventana. El guionista volvió a reir, esta vez bien fuerte y su cara se iluminó con una mueca picarezcamente malvada. Javier habia comprado algo para comer, decidimos armar unos sandwiches ahi donde estábamos. Comimos. Hay que avisarle a Claudia. Jero acota: ¿Hoy no era su cumpleaños?". Si. Era. Un par de vecinas salen con baldes con agua y comienzan a limpiar la calle. Javier y Jero van a ayudar y yo me quedo cuidando nuestras cosas. Luego de un rato largo y mucho fregar aparece en la moto el herrero. "Uh, ¿están limpiando?". Luego de insultos e improperios varios escuchamos su explicación: "Pensé que se iba  secar (sic) y me fui a trabajar". Dale, quedamo asi. Bárbaro. Siguimos limpiando todo, hasta que quedó bien. Nadie hubiese podido decir que por ahi pasaba un rio de mierda. Ya no habia mucho que hacer ahi. Cuando estábamos por marcharnos el guionista nos da la frutilla del postre: en ese momento llega la cuadrilla de limpieza de la Intendencia.


"Ah, ya limpiaron?". Si. Ya limpiamos. Les dijimos que igual le den una repasada, total, ésta película es bastante absurda despues de todo.

Los tres caminando por la calle, viendo hacia donde ir, con mochilas e instrumentos, suena nuevamente Caminos Cruzados, cae la tarde y el guionista rie de nuevo.