sábado, 14 de agosto de 2010

Otra superproducción del guionista (Parte 1)

(Cartél de neon rojo sobre pared amarilla patito) "En busca del bote perdido II:  A la sombra de los juncos podridos", Asi se podría llamar esta gran aventura. Pero no hay nada de bollitos de magdalena, ni té, ni tiempo perdido. ¿Qué enfrentarán ésta vez nuestros osados protagonistas? Barro? Juncos? Personal de la Armada Uruguaya? Más juncos? Agua podrida? Riesgo de vida real? Caca? (Pará, eso lo vi en otra pelicula!) Si, pero ahora hay MÄS! Prepárense para caminatas extenuantes, violación de la propiedad privada, juncos con espinas! Más barro!! Agua helada! MAS JUNCOS CON ESPINAS! Te lo vas a perder???

Todo empezó a las 11:23 PM del 5 de agosto. Yo venia festejando un tranquilo pero muy energizante cumpleaños, esperando llegar al barco para comer algo con los muchachos. Bajé del ómnibus escuchando a Bjórk (el album Glin-Gló, muy buena combinación de piano, bateria, contrabajo y la voz de la islandesa loca haciendo jazz). Una noche bastante fria, no habia demaisada corriente. Llegué al muelle, el Ur - Kirola se recortaba blanco sobre la negrura del rio y la noche. Les grité para que me veniesen a buscar en bote. Me escucharon y me confirmaron que ya venían.. Bjork dejó de cantar Ruby Baby para meterse en mi bolsillo. Lindo dia había sido, mucha reflexión, música, había visto a varios amigos, no está el bote, no hacia tanto frio, la luna...Pará. Escuche desde el muelle un "no está el bote??! No era dirijido a mi, Javier se lo habría comentado a Jero. Efectivamente, no habia ningún bote amarrado al barco. Luego de unos instantes de estupor que imagino estaríamos compartiendo los tres, escucho a Jero "Pine! No está el bote!". El guionista se reclinó en su silla, encendió su puro aromático, estiró los pies hasta colocarlos sobre la espalda de uno de sus asistentes, que yacia en el piso oficiando de banquito, sonrió maliciosamente, y soltó un exaltado "Acción!" (ésta además de escribirla la dirige). Buá. Los muchachos en el velero, sin forma de llegar al muelle. Yo, a la inversa. La pizza, enfriándose en el horno. Era demasiado. Que buena forma de terminar mi cumple! Asumo que se soltó o cortó el cabo del bote (en el mejor de los casos) y puede andar por ahi, no habia casi corriente. Camino hacia el puente viejo, me pongo a observar la costa. Voy hasta el otro lado. Nada a la vista. Vuelvo al muelle. Me gritan del velero: "Fijate si está el botecito que usan los pescadores, y venite pal barco a ver que hacemos". Cierto. Los pescadores comparten un botecito pequeño que lo dejan siempre en el muelle para acceder a sus respectivas chalanas (embarcaciones destinadas a la pesca artesanal). El bote estaba, pero sin remos. Mmm. Veo a mi alrededor, nada que usar como remo. Camino hacia el pueblo y encuentro unas hojas gigantes de palmera. Tomo mi navaja suiza (miraba mucho McGyver de pequeño) y corto un tramo, lo desmalezo en un extremo, para agarrarlo bien y me subo al botecito. El bote estaba amarrado por proa al muelle, y por popa a un muerto cerca de un barco hundido. Deje el cabo de proa en el bote y el de popa lo hice firme al muelle en vez de al bote para no dejarlo suelto. Empecé a remar con la palmera hacia el velero. La verdad, empujaba bastante bien. Aún siendo una situación deseperante, no podía dejar de hacerme gracia estar remando con una rama de palmera. Me acerqué al Urki, dejé la mochila, y decidimos salir a buscarlo en el bote. "¿Tenés remos?"-dice Javier. "Tengo una palmera, va bien eh"-respondí. Cómo los remos estaban en el bote extraviado, suben Jero y Javier con un escobillón y una caña de tacuara, 3 salvavidas, el VHF de mano, y partimos al rio. Apuntamos según la corriente y viento, a donde era más probable que estuviese el bote. Luego de mucho remar, muy lejos de ambos puentes, sobre la margen izquierda del rio, decidimos volver. No se veia mucho, y no queriamos irnos rio adentro en esas condiciones. Volvimos bordeando la costa por si veiamos algo. Nada. Noche cerrada, sin luna. Volvimos al barco. Contactamos a Prefectura, pero no disponía de embarcación para  navegación nocturna, debíamos esperar la luz del dia ára salir en busca del bote. Ya no había mucho que hacer. Debíamos dejar el bote en el muelle, los pescadores salen temprano. Como no podiamos volver al velero una vez devuelto el bote, decidimos llevar las bolsas de dormir y acostarnos en tierra por ahi. Antes, calentamos la pizza (estaba genial), y hasta me cantaron el feliz cumpleaños, con torta y todo. Llenamos termos de café, cortamos la torta, aprontamos mochilas y mantas y abordamos el bote. El siguiente diálogo se dio, yo en el bote, Javier a punto de subir, y Jero en el cockpit. Jero; "Che, llevo el escobillón?". Javier: "Mm..tenemos la caña y la palmera, creo que estamos bien". No pude hacer otra cosa que reirme mucho de lo inverosimil de la situación. (uno de los asitentes del guionista elogia la elección de ese dialogo, brillante, le dice). Luego de dejar el bote como estaba, fuimos hacia una pequeña construcción de madera a trescientos metros del muelle, tenia un alero que nos protegeria un poco del frio. Eso creiamos. No era la primera vez que dormiamos ahi (esa historia la contaremos en otro momento) pero su humilde servidor pensaba que tendria un sueño reparador con tanta manta y ropa de cama. Error. Básicamente, me cagué de frio, casi no pegue un ojo
en toda la noche. Por unas horas nos pusimos en la piel de mucha gente que duerme en la calle (mejor que ellos incluso, muchas mantas y todo). El sol me despertó. Todo contracturado me incorporé y bebí un sorvo de café frio. Javier fue a mirar desde el puente con los prismáticos mientras yo acomodaba las cosas. volvió rápido. Había divisado, no muy lejos de alli, algo que podia ser el bote. Jero se quedo a cargo de las mochilas y pertrechos, y Javier y yo nos encaminamos hacia el margen izquierdo del rio. La aventura recién comienza,,,

CONTINUARÁ.

lunes, 2 de agosto de 2010

Otra anécdota peculiar.

Tocaba en 18 y Barbato. Un transeunte se para al lado mio con intención de decirme algo y espera. Finalizo el tema rápido y lo saludo. "Saliste en el diario." me dice. Eh? "Si, en primera plana de El Pais, estaba cortándome el pelo acá a la vuelta, lei el diario, salí y te encontré acá". El amable ciudadano me dijo que la peluqueria quedaba a media cuadra, que le vaya a pedir el diario para verme. Siguiendo el consejo, caminé hasta la peluqueria Bruno, Barbato casi llegando a Colonia. Entré y peluquero y clientes me saludaron cortésmente. Luego de sonreirles unos segundos dije: "Buenas noches....este,,,yo,,,mirá....acaba de salir un cliente tuyo de acá y me dijo que vio una foto mia en el diario...me la dejás ver?" Entre sorprendido y curioso me dijo que si, por supuesto. Miro y me veo en primera plana del diario, tocando con guantes en una nota que hablaba del dia más frio de la semana. Al reconocerme, le digo emocionado al coiffeur "Si, acá estoy! No, lo que pasa es que toco en la calle y alguien recién me vio y me dijo que viniera a ver la foto". "Ah, mirá, si, te he visto alguna vez, llevá si querés el diario". Genial! Le agradecí mucho y salí contento. Muchas gracias al amable transeunte y al coiffeur de Bruno por la buena onda!