viernes, 18 de junio de 2010

Otra pequeña aventura, pero de otro dia, viste.

Lindo dia en Santa Lucía. Sol, algo de viento, mucha agua bajo la quilla, cafecito. Planeamos arrancar para el centro entrada la tarde. Mientras decidimos realizar algunas tareas de la lista esa larga de cosas para hacer: mejorar los remos para el bote (reemplazar las cañas por PVC grueso) y poner a punto el motor. Jero se pone con los remos, Javier comienza a desarmar el motor, y yo embarco el bote para comprar nafta, cargar agua, y comprar algo para merendar. Luego de vaciar un poco el agua del bote con un jarrito metálico (hace un poco de agua) y llevar 3 bidones de 5 litros para el agua y uno de 10 para la nafta, solté amarras y remé hasta el muelle.

Había muchisimo viento y corriente a favor, tanto que me pasé del muelle por unos pocos metros, al intentar llegar, por mucho que remaba, estaba siempre en el mismo lugar. Bueno, no hay porqué angustiarse. Pasando el muelle, hay una escollera que finaliza en un pilar, podria amarrar el bote alli. Enfilo para el pilar y llego velozmente. Ato bien el bote, y subo. Al llegar a  la superficie del pilar me di cuenta de la fuerza del viento que habia, una amable señora pescaba, y charlamos un poco sobre meteorologia (queda mejor que decir que hablamos del clima). Fui al pueblo, mucha vida, gurises con túnicas y moñas, gente andando en bici, señoritas, muchos autos y motos. Compré para preparar unos sandwiches, unos repasadores, trapos de piso y rejillas. Cargué la nafta y volví a la escollera. Dejé todas las cosas en el bote y tomé los bidones para el agua. Fui caminando hasta una manguerita frente a Prefectura, cerca del muelle, y volví a la escollera con los bidones llenos. Con tanto viento y corriente en contra me iba a ser dificil llegar al barco. Para acortar el trayecto, dejé el bote en el agua y desde la base de la escollera (tiene un angosto caminito) fui llevando el bote con el cabo hasta el muelle. Ahi embarqué y fui remando con fuerza hasta el velero.


Venia bastante bien, hasta que en el último trayecto, la escollera y el muelle dejaron de blanquetearme y me expuse a toda la corriente y viento en contra. Era imposible sostener el rumbo, no avanzaba. Un par de ráfagas de viento me alejan bastante, y cuando me quero acordar estoy a la altura del pilar de la escollera. Ya no había caso, debía tratar de llegar a la costa, de lo contrario el rio me llevaría quién sabe a donde. Llegar al pilar era imposible. No llegúe a tomarme de algún pilar del puente viejo. Entoncés, apunté al centro de un pilar del puente nuevo. La corriente me llevó instantáneamente. Una vez allí, tomé el cabo y salté a la base del pilar. Por suerte, en el piso habia unos arraigos de acero con ojos, por ahi pasé el cabo e hice  un buen as de guia. Para mayor seguridad, trabé la pala de un remo contra el borde del bote, y até el otro extremo al arraigo, asi entre cabo y remo soportaban la tensión. Bueno, todo asegurado. Bastaba esperar  que el viento y corriente disminuyesen un poco para intentar nuevamente el regreso. Busco el celular, para avisar a los muchachos, pero lo había dejado a bordo del velero. Bueno, ya se darían cuenta, desde alli tenia el velero a la vista, lejos, pero visible. Me puse a caminar por la base del pilar. De repente me entraron ganas de reirme. Era gracioso. Al final, teminé abajo de un puente. Por lo menos, tenia mucho fiambre, pan, 15 litros de agua y 10 de nafta. Hasta podía hacer un fueguito. Para tostar el pan. O calentarme a la noche. Me lamenté no tener un libro. Segui dando vueltas y me puse a cantar un poco, total, estaba solo, con gente me da un poco de verguenza viste. Toco el bolsillo de mi campera y siento el MP3. Vamo arriba! Me calzo los auriculares y me pongo a escuchar The way you look tonight, por Ligia Piro. Canto un poquito acompañando a Ligia, riendomé un poco de la situación. Me pongo a mirar el rio, pasando el puente. Miro y me pongo a pensar a donde podría haber terminado de no llegar a la base del pilar. Capaz que llegaba a Angra dos Reis, quien te dice. O capaz que terminaba en el barro, en esa costa toda llena de yuyos que se veia a lo lejos. O capaz en el estómago de un gran pez, como Jonas, ese de la historía bíblica. O capaz que nada, qué sé yo. Divagaba escuchando Speak low, cuando me doy vuelta y veo venir un largo bote motorizado, con dos prefectos. Al acercarse al pilar uno de ellos me dice :"Buenas, se puso salado, no?" Asiento y le sonrio. Desato el bote y le paso el cabo al prefecto, para que lo haga firme a una cornamusa de su bote y embarco dándoles las gracias. Me pongo el chaleco que me entregan, y arrancamos para el muelle. Les cuento lo que había pasado y me dicen que los llamó un velero. Pasamos por el muelle y el oficial a cargo estaba esperando para que le relate lo sucedido. Le conté todo, y luego de darme algunas indicaciones y recordarme algunos procedimientos de rutina, (no vuelvo a salir sin chaleco y sin toleteras) me llevan al velero. Les agradezco de nuevo y abordo el Ur - Kirola. Los muchachos me habían visto parado en el pilar, y luego de reirse un rato, pídiron indicaciones a Prefectura, que no dudó en pasarme a buscar. Ahora si, a llenar el tanque, probar ese motor, y por supuesto, tomarse un buen cafecito.

1 comentario:

  1. les cuento que para cuando alguien deriva hay algo que se llama fondeo, o ancla de respeto, de pocos kg basta para no irse abajo de un puente y remar a lo loco, !sigan asi me encanta.

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