...fue dejando de ser una extraña. A esa tímida imagen nocturna que se nos insinuó cuando el primer arribo, hace un año y pico (o más aún: a ese recuerdo lejano de una visita en la infancia, a bordo del querido Barrabás II, con un vago aire de cañones y piedras, de gente grande hablando quién sabe de qué, y vómito de Garotos en un regreso a río revuelto) se fueron sumando rincones, anécdotas, gente.
Y me pasa ahora, mientras escribo-corrijo-discutoconmigo-corrijo-escribo, que no sé cómo incluir en un pedacito de pantalla, todas juntas, tantas cosas tan distintas y tan igualmente dignas de ser invitadas al relato. Tanto y tantos que componen esta nueva representación mental, con sus correspondientes asociaciones, que lleva ahora el rótulo de "Colonia del Sacramento".
Cómo contar que vinieron a comer Pablo, La Flaca, San Benito, Melisa y Luli (Y Meli no se animó a subir al barco y se quedó en el muelle, ja!), sin que sea una mera enumeración (más o menos detallada, el concepto es el mismo en ambos casos), meros componentes de una lista de actividades realizadas y gente visitada?
Cómo describir la sensación de caminar por el barrio antiguo, imprimiéndose en la retina y el alma cada espiral de vida golpeando y rebotando en cada piedra laja, en cada farol...
Artesanos amigos (nuestros, del candombe y del vino), Mimo Saico (grosso artista), La Tana Claudia, César el Cónsul, Luis Ortunio (un gran navegante, tipazo, que nos brindó una onda excelente y nos trajo unos alfajores riquísimos), y tanto coloniense amable, comparten el estante con una nota en un diario local, una degustación de vinos con LA picada y una caminata por la playa buscando el inexorablemente perdido gomón, por ejemplo.
Y de ahí a los 17 años recién cumplidos de mi herman(it)a Saiana en tierras cordobesas, al coqueteo con italianas bonitas por calles de piedra, a la venta de biscotti italiani y paseos en velero en el muelle viejo.
Y en el medio de todo eso, cambios de ánimo de diferente intensidad en ambos sentidos (pa`rriba y pa`bajo).
Momentos de gran jolgorio (alegre palabra si las hay) y de laburo exteeeenso.
Momentos de gran conexión y sintonía con los muchachos a veces, y ofuscaciones y refunfuños otras (las menos).
Momentos de gran conexión y sintonía con la guitarra a veces, y ofuscaciones y refunfuños otras.
Momentos de gran conexión y sintonía con el violín a veces (las menos), y ofuscaciones y refunfuños otras.
¿Y cómo, decía, meter todo eso (y todo eso que no puse) en una entrada de blog?
Bah, a lo mejor es que soy un salame yo y listo. A lo mejor alguien que escriba "un cacho más bien" te lo dice en dos patadas...
sí... es eso, me parece...
En fin, muy lindo Colonia, che!
Hola Vos, si, ya sabes VOS. Te estoy leyendo seguido por aca, te estoy extrañando tambien. Estoy a una semana de irme.
ResponderEliminarTe quiero un montón.
Guauuu! Una semana! Ya casi. Te mando mail. Es más, podrís no poner esto y mandarte el mail directamente... no, ya lo escribí. Ahora te escribo. Besooo
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